viernes, 19 de febrero de 2010


Embriagado hasta la miasma de tanto beber,

no venían en cajas sino en ríos, su suave sabor,

de fruto, sal y lirios descorchaban los llantos y risas,

caían como lluvias emborrachando melodias,

mi porvenir hediondo, sus suaves pulpas,

desconcertando a cada hora, minuto y persona,

enarbolando recuerdos, terjiverzando penas,
¡
hay que soltar todo de una vez y respirar mar,

dulce cielo y primavera!... tanto había bebido que no

podía caminar con tantas luces violetas a mi alrededor

Nunca fue un sueño y no fue real pero estoy seguro

"no era vino sino lagrimas..."

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