
Embriagado hasta la miasma de tanto beber,
no venían en cajas sino en ríos, su suave sabor,
de fruto, sal y lirios descorchaban los llantos y risas,
caían como lluvias emborrachando melodias,
mi porvenir hediondo, sus suaves pulpas,
desconcertando a cada hora, minuto y persona,
enarbolando recuerdos, terjiverzando penas,
¡
hay que soltar todo de una vez y respirar mar,
dulce cielo y primavera!... tanto había bebido que no
podía caminar con tantas luces violetas a mi alrededor
Nunca fue un sueño y no fue real pero estoy seguro
"no era vino sino lagrimas..."
bastante bueno
ResponderEliminar